miércoles, 25 de abril de 2018

LA ALEGRÍA EN EL DÍA A DÍA



Hoy comenzamos la mañana reflexionando sobre la alegría. Muchas veces estamos tentados de poner y buscar la alegría en aquello que soñamos y deseamos, que no tenemos, no vivimos o por lo menos no de forma plena. Son situaciones, deseos, personas y cosas que ocupan nuestra mente (quizá también nuestro corazón) y que nos impiden descubrir otras muchas cosas que son pequeñas, cotidianas, sencillas que están a nuestro alrededor y que nos pueden dar la verdadera alegría: la alegría que dura, que no se acaba cuando no está presente lo que nos la ha provocado; la alegría que nos da serenidad en momentos difíciles, la alegría que nos da fuerza cuando nos parece que el cansancio nos vence, la alegría que nos viene por una mirada, una palabra, un gesto, un regalo, una sonrisa, un beso, un abrazo, un buenos días, un qué tal, un gracias, un “ya lo he aprendido”, un “te he echado de menos”… 
La alegría también es fruto de este tiempo de Pascua que estamos celebrando.
De vez en cuando es bueno pararnos a pensar qué nos produce alegría y qué podemos hacer para que los demás sean o estén alegres.

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