Esta frase del filósofo Descartes, ha dado título a una nueva actividad que hemos comenzado en la clase de Latín. No es algo nuevo, pero lo novedoso está en la manera de hacerlo. Todas las mañanas, comenzamos con unos minutos para reflexionar, pensar y hacernos conscientes de la vida que surge a nuestro alrededor. Está dinámica, también forma parte de la clase de Latín.
Cada alumno ha recibido una libreta en blanco en la que puede ir recogiendo todo aquello que va surgiendo en el espacio de los primeros minutos de la clase. Después, puede compartir alguna parte de su pensamiento para que la reflexión de cada uno nos enriquezca a los demás.
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