He comenzado la mañana reflexionando con los alumnos de 1ºESO C, sobre una lotería que es muy especial y que muchas veces "nos toca" y vemos como a la gente "le toca". Esa lotería que nos hace muy felices es la ternura.
En el video, de la Lotería de Navidad de este año, se nos transmite la ternura: la ternura de un hijo, un nieto y un pueblo entero que no quiere que una persona mayor (que quizá tenga ya muchos achaques por la edad, físicos e incluso psicológicos) se desilusione, sino que sea feliz y disfrute de la felicidad compartida con los demás. También podemos percibir la ternura en el gesto y las palabras finales de la madre que lo que desea es la felicidad de su hijo y le dice “esto lo he comprado para vosotros”. La ternura no se ve, sólo se puede descubrir en las acciones, en los gestos, en las miradas y en la forma de hablar de las personas. Es algo que no se deja encerrar en una sola cosa sino que está dentro de muchas y tiene un efecto multiplicador (podemos pensar en la cantidad de lagrimas que derramamos con una sola imagen, la gran ayuda que prestamos cuando algo nos llega dentro,…). En el día a día, a nuestro alrededor, podemos descubrir muchos gestos que si abrimos bien los ojos, seguro que en ellos o a través de ellos encontramos ternura. La ternura siempre, de una u otra manera nos toca. Es una lotería segura. En esa ternura, también podemos descubrir la huella de Dios que hay en cada ser humano; un poquito de su bondad y de su amor está en cada uno de nosotros y crece cada vez que lo compartimos y se lo mostramos a los demás.
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